jueves, 27 de febrero de 2014

EL MAL DE LA ALTA Y PEQUEÑA MINERIA


Por Darwin Rubén Hernández Zeta
Piura-Perú

Es necesario y muy importante el desarrollo de la minería en nuestro territorio, por que genera divisas al Perú, sin embargo, cuando la minería se da en zonas urbanas, o se pretende dar en estas zonas, como lo fue en Tambogrande, Distrito de Piura, al cual pertenezco, es algo que viola su espacio natural social, y su propio modelo de desarrollo centrado en la producción agraria.

Aunque en este distrito no se logró la “alta minería”, hoy por hoy en sus fronteras se está dando una minería artesanal que vulnera nuestro ecosistema de manera más directa, trayendo como consecuencia la afectación de la superficie, modificando severamente la morfología del terreno, produciendo de esta manera la destrucción de áreas cultivables, alterando fuentes hídricas las cuales irrigan todo un valle.

Es verdad que en los pueblos más alejados de las ciudades no existen fuentes de trabajo creativas y sostenibles para la población, debido a esto gran parte de ciudadanos se dedica a esta actividad. Sin embargo, convencido estoy que si el estado o las instituciones públicas o privadas poco o nada hacen por esta realidad, somos nosotros los que debemos generar nuestros propios modelos de desarrollo con voluntad y de manera inteligente nuestro modelo de desarrollo, el cual no afecte el ambiente, sabiendo que somos un país agrario, y que es fundamental impulsar este modelo de crecimiento y desarrollo para los pueblos peruanos.

El cómo afectan estas actividades mineras sea de punta o artesanal, su impacto es grande. Así tenemos contaminación del aire, el cual se mezcla con impurezas sólidas, como el polvo y combustibles tóxicos o inertes, los cuales son capaces de penetrarse en los pulmones.

Bien sabemos que tenemos una deficiente educación sobre todo en lugares vulnerables y si a esto le agregamos que los niños y todos en general tengan que beber aguas contaminadas de los ríos quebradas, asequias, lagunas etc. Dado que en estos recursos naturales se pueden elevar capas de sedimentos. La organización de los pueblos en conjunto con sus autoridades, es muy importante para juntos levantar el desarrollo sostenible que todos y todas anhelamos.

martes, 25 de febrero de 2014

Venezuela y el Evangelio según San Mateo


Por Bugui Fernández
Chiclayo-Perú

Gloria a ti señor Jesús. 
 
No quería escribir ni pronunciarme sobre lo que sucede en el país hermano de Venezuela, pues, basta con una oración y si es en conjunto mucho mejor. Dios dice que donde hay uno o más invocando su nombre, ahí está ÉL. El mundo no conoce ni quiere conocer a DIOS, está más claro que el agua.

Fui a misa el último domingo y el predicador tiene un don especial: Sabe llegar a los católicos sedientos y hambrientos de la palabra, pues, este (el predicador) es un nexo entre la palabra y los católicos fervorosos. El Evangelio de esta semana se situó en Mateo 5:38-48, amar a todos los hombres.

En Venezuela hay un caos, un desgobierno, autoritarismo desmedido que no debe ser aceptado ni por los seguidores de Hugo Chávez. Ser objetivo hoy en el país es un sueño. El sentimiento se apoderó de cada uno de los “opinólogos” que hay en el Perú y en Venezuela. Hay un grado de susceptibilidad enorme y del que he sido víctima por entrometerme en un Facebook de una Venezolana. Opinemos con conocimiento, opinemos objetivamente. Es difícil, pero sí se puede.

El gobierno está actuando mal. Hay inseguridad ciudadana (no sólo en el país llanero por cierto), hay inflación y escasez pero también hay mucha oposición, como en el Perú. La mitad para Humala, la mitad para Keiko. Igual allá, la mitad para Maduro, la mitad para la oposición representada entre Capriles y Leopoldo López.

En su legítimo derecho se empezó la protesta, el gobierno respondió y la prensa lo agrandó. O sea, también se metió en la guerra civil que hay en el país llanero. Y eso no está bien.

Para explicarlo mejor. Me encuentro con una persona que detesto (no debería detestar a nadie) y me tira un golpe, yo se lo respondo. Y empieza la pelea hasta que alguien gane. Sea por cansancio o porque me mató o nos matamos ambos. ¿Qué causa esa respuesta mía? Un malestar que terminará en tragedia y peor aún si hay una persona que mete “candela” (la prensa internacional). Condeno la pela y condeno la exageración. La prensa, el gobierno y la oposición lo único que están generando es SUFRRIMIENTO, RETROCESO, ODIO, entre hermanos.

“Ustedes saben que se dijo ´ojo por ojo y diente por diente´. En cambio, yo les digo: no resistan a los malvados. Preséntale la mejilla izquierda al que te abofetea la derecha.” (Mt 5: 38-39)

Extraordinario versículo, el gobierno sacó a las tropas militares, mató gente inocente. Nosotros no respondamos de la misma manera. ¿Es muy difícil de comprender esto? Sí. Esta ley antiquísima, de siglos pasados está hoy vigente. Este discurso no está en los planes de Dios.

“Ustedes saben que se dijo ´Ama a tu prójimo y guarda rencor a tu enemigo´. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores. Así serán hijos de su Padre que está en los cielos”. (Mt 5: 43-45)

Nos falta, y me incluyo, en comprender la palabra de Dios, de sus enseñanzas. Separemos a la persona de sus pecados como dijo aquel predicador que comentó el evangelio el domingo último.

Sepamos ser críticos, recemos, oremos, pidamos. Si es en grupo, mejor. Eso falta en el país hermano de Venezuela.

Condeno la muerte que va en aumento, pero NOSOTROS no somos nadie para juzgar, para condenar.

Mi solidaridad con el pueblo de Venezuela y hago un llamado a conocer a Dios.

¿Qué tiene más poder? ¿Reunirse en una plaza principal de Venezuela a gritar, romper lunas, pelear? O ¿Reunirse un grupo inmenso de gente a orar, a pedir por sus gobernantes y por su pueblo?

“Donde uno o más me invocan, ahí estoy YO.”

AMÉN.

lunes, 24 de febrero de 2014

La salida para Venezuela


Por Antonio Castañeda Cabanillas
Trujillo-Perú


Hasta hoy que escribo este artículo, la cifra se cuenta en diez muertos y 137 heridos desde el pasado 12 de Febrero en que se iniciaron las protestas en Venezuela por la angustiante situación económica, inseguridad y el restablecimiento de las libertades. No me costaría nada pues sumarme a la corriente popular que reclaman mayores protestas y agitación social para pedir la salida inmediata de Nicolás Maduro, pero considero que dada la situación que vive ese país no es lo más correcto. Creo en el poder de las movilizaciones ciudadanas, firmes y decididas –sobre todo las impulsadas por jóvenes- como método eficaz para ejercer presión a los gobiernos de turno reclamando cambios importantes en su política, o de ser el caso, su salida. La pregunta sería si en Venezuela, bajo este autoritarismo competitivo -o dictadura si lo prefieren- puede ocurrir cualquiera de estas dos situaciones como producto de las marchas y protestas generadas. Mi respuesta es que NO. En Venezuela, pase lo que pase, no habrá un cambio de rumbo significativo y menos se podrá derrocar a Maduro, por lo menos a corto plazo, aunque se desangre ese país.

Y en Venezuela no pasará nada por las siguientes razones. Primero: El Gobierno tiene una ligazón muy sólida con las Fuerzas Armadas que se mantienen fieles al mandatario, bajo la memoria de su fallecido líder Hugo Chávez –militar-, por tanto, la alternativa de un golpe de Estado Militar derivado de una presión insostenible de las masas hacia el gobierno es mínima. Y es que el rol de las fuerzas armadas en estos contextos y, en estos gobiernos, es determinante para decidir si apoyan o no al Presidente reprimiendo con suma violencia las protestas o le quitan su confianza y lo dejan caer. Recuérdese que Fujimori en el 2000 no cayó con la multitudinaria “Marcha de los 4 Suyos”, uno de las razones es que tenía el ominoso apoyo de las Fuerzas Armadas que hizo un uso execrable de la fuerza pública, de allí las 6 personas que fallecieron. Segundo: No es la primera vez que en Venezuela ocurren este tipo de movilizaciones con el fin de acabar con el Chavismo, tal vez gracias a las redes sociales, medios de comunicación internacional y las muestras de represión violenta y desproporcionada que vienen ocurriendo, han hecho que el impacto mediático de estas sea considerable en el mundo pero, por dar un ejemplo, en 2002 y 2007 ocurrieron manifestaciones similares y el resultado no terminó siendo positivo para la oposición, sino todo lo contrario, el Gobierno se fortaleció y se victimizó alegando que intentaron derrocar a un presidente elegido democráticamente.

Tercero: El Gobierno sabe muy bien que tiene el apoyo permanente y contundente de los sectores más pobres del país a los que distribuye mediante subsidios los recursos que recibe por la venta del petróleo, y que si fuese necesario también darían lucha en las calles para impedir la caída del régimen. Las movilizaciones de la oposición, aun siendo numerosas, tienen un gran problema: tienen un bajo apoyo de los sectores populares y son en buena cuenta protestas de sectores medios/altos. Cuarto: La oposición Venezolana, aún con la fuerza que ha demostrado en los últimos días, está debilitada hace varios años, no tiene aliados importantes en el sector empresarial –que lo ayuden a financiarse-, entre los militares en el gobierno –que cuestionen desde adentro a Maduro- y en los medios de comunicación nacional que permita difundir de extremo a extremo a todos los venezolanos lo que pasa realmente en su país, por tanto, no existen las herramientas que permitan llevar a cabo la dimisión por estos medios del gobierno, que es lo que se busca ahora.

Pero la división de Venezuela no es sólo entre el oficialismo y la oposición sino sobre todo en esta última, ya que Leopoldo López se ha erigido como el gran caudillo que alienta –ahora desde la cárcel- las marchas y movilizaciones populares exigiendo expresamente la salida del presidente de turno, por su parte, Henrique Capriles, la referencia opositora de los últimos años, considera que la salida para Venezuela estaría en la búsqueda del diálogo y no en el incremento de la agitación social con pedidos de dimisión. Como es previsible, la posición de Capriles me parece la más sensata, y pareciera pues que Leopoldo López estaría pensando más en sí mismo, en sus réditos políticos, antes que en una verdadera salida para su país. Un gobierno con autoritarismo competitivo –o si se prefiere dictadura- como el que rige en Venezuela, que se deslegitima día a día puede ser vencido fácilmente en las urnas bajo reglas democráticas pero más no por una sublevación –mayoritariamente de jóvenes- porque las condiciones hoy en día no están dadas para el único objetivo que las impulsa: lograr la dimisión del gobierno, por el contrario, continuar con esta dinámica de insurrección asegura el incremento del costo social. Si se piensa que esta es una posición muy moderada o irreal y que es contradictorio querer vencer a un gobierno cuasi dictatorial bajo los canales democráticos – los que normalmente no respeta- piénsese en otros gobernantes de parecida catadura que han dado un paso al costado, cuando nadie lo creía, siendo vencidos en las urnas: Pinochet en el referéndum de 1988 en Chile.

Por tanto, el camino no es pedir más movilizaciones con la previsible sangría que esta desataría, sino pedir EL DIÁLOGO, dialogo entre los líderes opositores Henrique Capriles - Leopoldo López con el oficialismo para restablecer la paz y el orden y asimismo exigirle tomar medidas para dar solución a los problemas de desabastecimiento e inseguridad –no creo que restablezca las libertades suprimidas-, que es razonablemente a lo que podría acceder Maduro. Tómese en cuenta que a estas alturas la oposición Venezolana ya ha sacado provecho político de la crítica situación económica que se vive allí, y los 150 mil votos que decidieron la última elección presidencial pueden a estas alturas haber pasado inexorablemente a las filas opositoras, con lo que pensar en una salida democrática –no sangrienta- a este régimen, es también por esto plausible. En Venezuela, el art.72 de la Constitución prevé el referéndum revocatorio para todos los cargos de elección popular, entre ellos el Presidente, siempre que haya transcurrido la mitad del periodo para el que fue elegido. Si la oposición capitaliza adecuadamente el descontento popular– aparentemente mayoritario- y continúa mostrando por qué Venezuela se está yendo al abismo, siendo que la crisis económica se agudizará por la terquedad del Gobierno en la política económica, los niveles de inseguridad siguen subiendo y el recorte de libertades será más drástico para contener la caída del régimen –manotazos de ahogado. Entonces, el 2016, la mitad del periodo de Maduro, es el momento propicio para dar una salida pacífica y democrática al presidente bolivariano, todo apunta a que es posible, hoy más que nunca Venezuela ha abierto los ojos, esperemos que no los cierre.

sábado, 22 de febrero de 2014

¿Qué desató las manifestaciones en Venezuela?



Por Jorge Contreras Tacilla
Trujillo-Perú

(Estudiante de derecho en la Universidad Nacional de Trujillo. Representó a la Universidad Nacional de Trujillo como Jefe de Delegación tanto en el XXX Modelo de la Organización de los Estados Americanos (Bolivia, 2012) como el XXXI Modelo de Organización de los Estados Americanos (Washington, 2013), además de haber participado en el II Torneo de Debate Interuniversitario en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Es miembro de la Red de Becas Botín, Círculo de Debate y Argumentación de la Universidad Nacional de Trujillo, Programa de Estudios Internacionales por la Justicia y los Derechos humanos de la citada universidad, Grupo Alumni-Trujillo de la Escuela de Formación Política de Humanismus Instituto Humanista y la Fundación Hanns Seidel de Alemania y exintegrante del Centro de Estudios Internacionales “Carlos García-Bedoya Zapata”. Ha sido becado en varias oportunidades lo que ha permitido desarrollar su perfil profesional, entre los que tenemos la “IV Edición de la Beca Botín para el Fortalecimiento de la Función Pública en Latinoamérica” (Estados Unidos, España, Bélgica y Brasil), “Doing Bussiness in Brazil Program” (São Paulo, Brasil), “Ética como fundamento de la Gobernanza” (Sevilla, España), “Diplomado en Formación Política” (Trujillo), “IV Curso de verano en Derechos Humanos” (Lima), “III Curso de verano en Derechos Humanos” (Lima), “III Edición del Programa Universidad de la Libertad: Libertad para ganarle a la pobreza” (Lima).)





Es el primer artículo que escribo para Perú285 y trato que la indignación no sea leitmotiv de lo que siento como latinoamericano por lo que viene sucediendo en el hermano país de Venezuela, pero es bastante difícil y lo es por la sencilla razón que no solo hablamos de seres humanos que mueren día a día a causa de la violencia, que de por sí ya es grave, sino de la existencia de todo un andamiaje gubernamental que hace de la represión un lenguaje nefasto para dar respuesta a una población descontenta, entre los que se destaca un gran número de estudiantes universitarios, que motivados por la crítica situación del país han salido a las calles a mostrar su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro por el desgobierno que existe manifestado en la inseguridad ciudadana junto a la impunidad rampante que existe, corrupción imparable, manejo socio-económico irresponsable y lo que considero a grandes rasgos aniquila de plano su legitimidad: la falta de credenciales democráticas. 

 
Una marcha pacífica a nivel nacional sería el fin del gobierno de Nicolás Maduro.

Inseguridad ciudadana, según el informe publicado por Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) el año 2013 cerró con un total de 24 mil 763 muertes violentas, lo que se traduce en 79 fallecidos por cada cien mil habitantes, a cuentas claras: el 12% de las muertes que se producen en Venezuela se producen por hechos violentos y la tendencia es al alza. Pero si esto de por si es especialmente complicado, lo es aún más la impunidad que acompaña a estas alarmantes cifras, por ejemplo si hablamos de homicidios tenemos que en el 92% de ellos no hay ni siquiera una persona detenida, eso hace que los delincuentes sientan que no hay ninguna posibilidad de ser capturados, tenemos entonces que juntando muertes violentas e impunidad resulta “destrucción institucional” tal como afirma Roberto Briceño León del OVV.

Corrupción imparable, problema cuyo combate frontal fue promesa del otrora candidato Chávez, que luego de años en el gobierno, terminó admitiendo que fracasó, siendo en la actualidad más grave aún, y del que el actual presidente Maduro se ha pronunciado en noviembre de 2013 anunciando una “ofensiva estremecedora” contra ella. Lo cierto es que desde hace varios años Venezuela sigue a la cabeza de la corrupción en Latinoamérica (Transparencia Internacional, 2013), pasando de un desvío del 30% del presupuesto nacional en la era bipartidista pre-Chávez (Acción Democrática y Copei) a un 60% en la actualidad, lo que equivale a 500 000 millones de dólares perdidos por corrupción, tal como sostiene el especialista de la Universidad Central de Venezuela Trino Alcides Díaz.

Manejo socio-económico irresponsable, tópico que desata pasiones inclusive en el campo ideológico, tenemos pues éxitos que no se pueden esconder y que representan grandes victorias del modelo como haber reducido la pobreza a la mitad (Banco Mundial, 2009), que sea el país con menor desigualdad y con la distribución de la riqueza más justa de América Latina (CEPAL, 2010), que haya erradicado prácticamente la desnutrición (Banco Mundial, 2010) entre otras hazañas que benefician principalmente a los sectores pobres. El problema aquí surge por dos cuestiones con las que el gobierno no ha sabido lidiar, la primera es la escasez de productos de primera necesidad entre los que se destacan la leche, el aceite, el azúcar, medicamentos entre otros y lo segundo que está directamente relacionado es la inflación in statu crescendo que llega 56,2% en la actualidad. El gobierno en una actitud necia y vehemente continua con el control de precios pretendiendo imponer sus reglas a la dinámica económica actual, haciendo día con día más grande el problema.

Finalmente la falta de credenciales democráticas, lo que según sostengo es el problema global y cuya análisis merece un artículo aparte. Acuso pues su falta de legitimidad, no porque no haya ganado las últimas elecciones como mandan las reglas democráticas, sino porque el gobierno venezolano no puede ser democrático mientras no exista una división de poderes clara, en la que no exista una “ley habilitante” que empodere más aún la figura del presidente dándole prerrogativas legislativas propias de su Asamblea Nacional y mientras que no exista un respeto a los derechos humanos que garantice no solo que estos no se violenten (como puede pasar en cualquier país de Latinoamérica) sino que en caso de que se produzca una violación a estos exista un garantía real de resarcimiento y determinación de responsables, cuestión que difícilmente se da en Venezuela, solo por citar como ejemplo recurrente la violación a la libertad de expresión materializada en la falta de cobertura que se da a las manifestaciones de febrero censuradas por el gobierno por “incitar a la violencia”. Demás esta mencionar que la Corte Interamericana ya no tiene competencia para juzgar violaciones a los derechos humanos en Venezuela, pésimo ejemplo en Latinoamérica.

Quiero terminar mencionando que si bien es cierto Venezuela atraviesa una situación difícil, no menos cierto es que la propia población organizada tiene la llave para salir de esta mediante manifestaciones pacíficas, esto en un escenario hipotético donde los cuatro representantes del ejercito retiren la confianza al presidente Maduro, escenario improbable en definitiva. Mientras tanto guardo aún fe de que el gobierno sepa escuchar y retroceda en su intento de aniquilar la ya alicaída democracia venezolana, pues no se trata de gobernar para la mitad más uno del país sino para el bienestar de todos, la violencia represiva no solo lo deslegitima ante los suyos sino ante toda la comunidad internacional. Me quedo con la frase de Simón Bolívar: “Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo”.

jueves, 20 de febrero de 2014

SI LOS MEDIOS CALLAN, QUE HABLE LA CALLE


Desde este espacio nos solidarizamos con el hermano país de Venezuela.

Por Darwin Rubén Hernández Zeta
Piura - Perú



La situación en Venezuela se complica cada día más en las últimas horas, nuestros hermanos venezolanos se están enfrentado a un gobierno autoritario y represivo, que está cobrando la vida de jóvenes venezolanos que han decidido salir de sus casa, escuelas para con su fuerza poder gritarle a ese “gobierno” que dé un paso al costado, que la democracia se debe sembrar nuevamente en esa tierra que nos ha dado mucho al mundo. Cómo no resaltar en este articulo las palabras de una estudiante que le grita a las fuerzas policiales y militares de su país que la lucha no es entre venezolanos si no contra un gobierno que por años se ha encargado de sembrar la pobreza, la inseguridad y la violación a la libertad de los hermanos venezolanos, en ella nuestra voz de los miles de jóvenes de Latinoamérica que rechazamos esta clase política que hunde este hermano país:

“Si a ustedes los matan, nadie va a responder por esas muertes. Luchen porque el día de mañana podamos vivir en un país donde ni siquiera la Policía tenga miedo a salir, porque la inseguridad nos esta matando a todos. Luchen por eso. Mira, tú eres mujer como yo y estás llorando porque estás sintiendo lo que yo estoy sintiendo (…) Mírame a los ojos. Porque sé que estabas llorando. Lucha por nosotros y lucha por ti y por tu familia. ¿Qué quieren, qué Venezuela caiga arrodillada por completo para que ustedes recapaciten y se den cuenta de lo que estamos viviendo?”

La presencia, el actuar, la voz de la mujer en estos momentos de valentía de coraje es esencial para poder enfrentarse al poder de las armas, de la represión, su única arma de los miles de estudiantes universitarios, y familias enteras es su amor a la patria, su coraje y dignidad, a una patria de Paz con justicia social. La revolución no es muerte, no es callar al otro, no es destruir el camino por donde andarán los futuros ciudadanos de esa gran Venezuela sino que la verdadera revolución es unidad, democracia, construcción y la libertad para todos, creo en eso, y quiero desde este espacio unirme al profundo rechazo del actuar de ese nefasto gobierno del señor Nicolás Maduro.

En Venezuela se está viviendo un momento oscuro en que los delincuentes están siendo premiados por el gobierno, un gobierno que reprime, arresta y mata a hombres y mujeres que se compran los problemas de sus pueblos, esta lucha es por los jóvenes para así poder construir un camino de salida dentro del marco legal y democrático, estoy seguro que el bien vencerá y que pronto con la fuerza de los venezolanos tendremos una Venezuela democrática para todos nuevamente.