Por Darwin Hernández Zeta
Piura-Perú
Las escuelas y los educadores, en el trato con los estudiantes se reflejan y trasmiten unos valores, una visión y una postura moral, entonces educar moralmente es inevitable para un profesor. La educación moral trata de responder al sentido último de la vida, porque vivimos, que significa la vida buena, y los profesores la encarnan en las relaciones que se tienen con los educandos, por eso digo que es inevitable y muy importante el que se pueda reflexionar sobre los valores y la visión moral que nos orienta. Por otro lado la educación ciudadana es la que nos permite vivir civilizada y de manera democrática en nuestros países y en nuestros contextos, para lo cual es necesario que la escuela se comprometa a ayudar a que los estudiantes se puedan convertir en ciudadanos responsables y activos en democracia.
La escuela está sobrecargada de trabajo porque las familias y la sociedad están esperando demasiado de ella sin colaborar lo suficiente. Una buena educación moral y ciudadana no se puede dar sin la colaboración activa de todos los actores que intervienen en la educación de los estudiantes. La familia, los medios de comunicación, la sociedad, el estado, las iglesias, todas tienen un papel socializador muy importante y por lo tanto se busca que todos asuman la responsabilidad, no se le puede pedir a los educadores que logren este papel si no hay una colaboración activa de los demás actores. La escuela y los educadores están sobrecargados porque la familia ha querido dejar parte de sus responsabilidades en ellos y lo mismo la sociedad, un educador solo no puede hacer milagros.
El desarrollo tecnológico, el acceso fácil al internet y los medios de comunicación están cada vez más presentes de manera masiva en nuestras vidas, lo que implica grandes cambios. Las sociedades anteriores se basaban en que los únicos que influenciaban a las nuevas generaciones eran los padres, la familia y un buen grado la escuela y la sociedad, pero ahora el abanico de influencia se ha vuelto muy grande, por eso la formación ciudadana y moral tienen que estar basadas en este nuevo panorama y ayudar a los estudiantes a ser capaces de desenvolverse en estos escenarios globales donde tendrán acceso a la información que quieran y es importante que se les ayude a formarse en una conciencia critica que les permita discernir o crear una sabiduría practica para navegar en medio de tantas posibilidades, ofertas y presiones morales y ciudadanas que van a tener.
La educación ciudadana tiene poca atención, porque la sociedad parece más interesada en los resultados cognitivos y saber si los estudiantes han logrado o no los estándares internacionales en matemáticas o física, pero es absurdo porque no le vale de nada a una sociedad tener altos estándares en las ciencias si sus ciudadanos no son honestos y comprometidos, si la gente no se siente con la energía y el compromiso social para trabajar por una sociedad mejor y si no hay un sentido de solidaridad profunda. Se le da énfasis a algo que es importante pero no es lo único.
“cuando se es capaz de llevar a los subordinados a descubrir el valor y el sentido de lo que están haciendo, entonces y solo entonces, se es un líder”
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